Después de muchos años trabajando con empresas y organizaciones de todo tipo, hay algo que todas ellas repiten en la primera reunión que tenemos: “Nosotros somos una empresa diferente a las demás”. Y es verdad, no hay dos organizaciones iguales. Ya sea por aspectos externos (mercado en el que operan, tipo de cliente, proveedores, entorno socioeconómico…) o internos (tamaño, historia de la organización, estructura, líderes, experiencia y cualificación de los empleados, formas de trabajar…), cada organización tiene unas características y condicionantes que la hacen única.

Cuando hablamos de innovación empresarial ocurre lo mismo, no existe una única manera de “practicarla” y, por tanto, no existen recetas estándar para convertir a las empresas en organizaciones innovadoras. Sin embargo, sí se pueden destacar algunas características clave que se dan en las empresas innovadoras y que influyen enormemente en su capacidad de innovar de manera eficaz (obteniendo resultados significativos), eficiente (optimizando los recursos) y sostenible en el tiempo. Éstas son las principales:

1. Tienen una cultura innovadora.

La cultura empresarial es posiblemente el elemento que más influye en la capacidad innovadora de las organizaciones y, a la vez, lo más difícil de transformar. Las empresas con cultura innovadora tienen una estrategia definida que favorece la innovación y cuentan con un liderazgo y una implicación clara por parte de la dirección, que se traduce en compromiso y capacidad de asumir riesgos, además de cuidar la comunicación interna y externa.

2. Conocen bien al cliente y vigilan el entorno.
Las necesidades de los clientes (externos o internos) deben estar en el origen de cualquier innovación, por lo que es necesario conocerlas bien, y sobre todo ver cómo. Por otro lado, los cambios en el entorno son cada vez más rápidos, sobre todo en el tecnológico, y las empresas innovadoras no sólo están atentas a lo que pasa a su alrededor, sino que son capaces de adaptarse, preparándose para las amenazas y aprovechando las oportunidades que surgen.

3. Conocen sus capacidades y explotan sus ventajas competitivas.
Las organizaciones innovadoras saben en qué son buenas y, lo que es más importante, en qué se diferencian de las demás por tener claras ventajas competitivas. Así, enfocan el esfuerzo innovador en potenciar aquello que les diferencia y que les hace competitivas.

4. Favorecen la generación de ideas, las evalúan y seleccionan de manera adecuada.
El inicio de cualquier proceso innovador es una idea que surge como respuesta a una necesidad de mejorar o crear algo nuevo. Las empresas innovadoras no se conforman con las ideas que surgen de manera espontánea, sino que favorecen su generación, potenciando la creatividad de las personas. Asimismo, establecen mecanismos para evaluar estas ideas y seleccionar aquellas que se convertirán en proyectos por tener un mayor potencial para el logro de los objetivos estratégicos de la organización.

5. Desarrollan proyectos de I+D+i orientados al mercado.
Los proyectos de I+D+i son los que transforman las ideas en resultados. Estos proyectos deben estar alineados con la estrategia de la organización y deben ser gestionados adecuadamente para cumplir los objetivos marcados, con los recursos disponibles y en los plazos establecidos.

6. Protegen y explotan los resultados de la innovación.
La innovación empresarial no puede estar desligada de los resultados, que son los que justifican las inversiones y el esfuerzo necesario para llevarla a cabo. Por esto, las empresas innovadoras deben ser especialmente cuidadosas y rigurosas con la protección y la explotación de los resultados fruto de los procesos innovadores de la organización.

7. Gestionan el conocimiento.
Las organizaciones innovadoras son conscientes de que el conocimiento es el gran elemento diferenciador que les hace competitivas en el mercado. La innovación está basada en el conocimiento, por lo que es fundamental gestionarlo de manera adecuada. Es necesario crear las condiciones para facilitar los flujos de conocimiento, y fomentar tanto la reutilización como la generación de conocimiento de valor.

8. Cuentan con personas capacitadas y motivadas que saben trabajar en equipo.
Si hay algo que de verdad distingue a unas organizaciones de otras, son las personas que forman parte de ella, y la forma que tienen de trabajar y de relacionarse entre ellas y con otros agentes externos. Al final, son las personas las que innovan, y para ello tienen que estar motivadas y tener determinadas competencias, siendo la capacidad de trabajo en equipo una de las más importantes.

9. Cooperan con colaboradores que complementan sus capacidades.
Aunque no siempre resulta fácil, la innovación abierta es la mejor forma de complementar capacidades para abordar proyectos de innovación e iniciativas ambiciosas que permitan a las organizaciones ser más competitivas. Así, la cooperación resulta ser hoy día una necesidad más que una opción, resultando ser muy positiva para las organizaciones, siempre que se plantee con unas condiciones: un claro objetivo común, la complementariedad de capacidades y el cumplimiento riguroso de los compromisos acordados.

10. Utilizan los recursos de apoyo disponibles.
En el entorno de las organizaciones existen recursos de apoyo a la I+D+i públicos y privados, tanto financieros como de otro tipo (servicios, información…), que, si bien por sí mismos no son suficientes para que una empresa pueda abordar procesos y proyectos de innovación, sí que pueden contribuir a que éstos puedan tener un alcance mayor y unos menores plazos de ejecución. Aunque en ocasiones el acceder a estos recursos supone un esfuerzo extra en tareas no directamente relacionadas con el negocio (sobre todo de gestión), las empresas innovadoras saben que deben intentar acceder a ellos, entre otros motivos, porque si no, lo hará la competencia y los utilizará para posicionarse mejor.

11. Sistematizan, se marcan objetivos, evalúan y mejoran.
Si se pretende que la innovación empresarial sea eficaz y eficiente, no se debe improvisar. Una organización innovadora debe definir su propio modelo de innovación y aplicarlo de manera sistemática, definiendo unos objetivos claros, evaluando los resultados y estableciendo mecanismos de mejora.

12. Son ágiles, flexibles y no tienen miedo al cambio.
Las organizaciones innovadoras tienen muy presente que los éxitos pasados no garantizan el éxito futuro, por lo que no les da miedo cambiar, al contrario, saben que es imprescindible para competir e incluso sobrevivir. El entorno de las organizaciones siempre ha ido evolucionando, y las empresas han tenido que ir adaptándose, pero los cambios del entorno son cada vez más rápidos, por lo que la agilidad y la flexibilidad se han convertido en características esenciales de las empresas innovadoras.

Teniendo todo esto en cuenta, seguro que puedes identificar en qué aspectos puedes trabajar para hacer de tu empresa una organización más innovadora. Si no sabes cómo hacerlo y crees que podemos ayudarte, contacta con nosotros.